sábado, 3 de julio de 2010

Cómo podés estar tan ciego ? Tanto te cuesta ver ? No te das cuenta que me lastima que no veas ? No te das cuenta, y eso es lo que más duele. Porque sé que mañana, o pasado mañana, o cuando sea que leas esto, me vas a preguntar si es por vos. Sí. Es por vos. Y vas a querer hablar. Y va a ser muy tarde. Ya es tarde. Pero no lo ves. No ves si no querés. No es tan difícil. Si estoy llorando no es de la alegría. Y te necesito. Pero no lo ves. Y me conocés. Sabés que es muy raro que yo vaya y te hable. Y hoy quise hacerlo, y no pude. Porque ni siquiera me preguntaste como estaba. No estoy bien. Pero ya va a ser tarde… Y ya no voy a querer hablar de esto. Yo sé que no tendría que ser así yo. Pero lo soy. Y tengo mil cosas que me están haciendo muy mierda. Y quiero hablar. Pero para cuando llegues ya va a ser tarde. Y capaz siga mal por lo mismo, pero no va a ser igual. No me ves, y eso es mi problema, creo. Si no me viste el miércoles, si no me viste ayer, si no me viste hoy, supongo que no puede pasar por vos nada más. Pero me conocés. O me conocías. Antes ni siquiera hacía falta que me digas nada, ni que te diga nada para saber que no estaba bien. Y es como si ahora, no sé. Es raro. Me estás haciendo mal y no lo vas a ver. Y vas a leer esto, y me vas a pedir perdón, y sí, te voy a perdonar, ya te estoy perdonando, pero no es lo mismo. Te necesito, estúpido. No quiero que llegues tarde de nuevo, pero lo vas a hacer, sé que lo vas a hacer. Sé que no te vas a bajar del auto y me vas a hablar. Porque cada vez que quiero hablar es como si desaparecieras. Y cuando no tengo que decir es cuando estás. Y sabés que es lo peor ? Que después me vas a decir, que si quería hablar, que lo tendría que haber hecho, que te tendría que haber dicho que te necesitaba, y decirte todo lo que me pasaba. Pero no lo podía hacer. No me diste un solo segundo para que lo haga. Desapareciste. Te fuiste, te vas. Me demostrás, y no, no. Sabés qué ? Ni siquiera quiero terminar de escribir todo lo que pienso, porque después, obvio, tengo que explicarte todo. Y no quiero. No quiero explicarte todo lo que pienso. Hace demasiado que no estaba así por nadie. Nunca así por vos. Por vos y todos. Todos, todos. Basta, no voy a seguir escribiendo lo que pienso, lo que siento. No quiero explicar más nada. Odiar-me

No hay comentarios:

Publicar un comentario