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Intuición extrovertida con sentimiento (Idealista)

(…) Como es perceptiva, intenta comprender a las personas en vez de juzgarlas (…) Su confianza en su intuición le vuelve demasiado independiente e individualista como para ser conformista, pero mantiene alrededor de ella un círculo vivo de relaciones en razón de su eclecticismo y de su interés natural por casi todos los campos.

En sus momentos de calma, su efectividad le aporta cierta introversión que le equilibra y ayuda a profundizar en lo captado mediante su intuición (…)

Su principal problema es que tiene verdadero horror a una rutina sin alma y encuentra muy difícil engancharse en unos detalles repetitivos que no presentan conexión con un interés mayor. Lo peor es que sus propios proyectos comienzan a parecerle rutinarios (…)

Si no desarrolla su capacidad de juicio y autodisciplina, se lanzará en proyectos mal elegidos, los abandonará a mitad de camino, y dispersará sus inspiraciones, capacidades y energías en trabajos sin importancia. En el peor de los casos será una persona inestable, caprichosa, poco fiable y fácilmente desanimada. (…)

Como siempre están abiertos a muchas posibilidades, les cuesta mucho decidirse (…) Sin embargo, siempre mantiene ese espíritu versátil capaz de rebuscar y revolverlo todo en pos de novedades e intereses originales que les hace tener un temperamento juvenil aún en la vejez. Como todos los intuitivos, especialmente los extravertidos, viven intensamente el arquetipo del Púber Eterno. Por eso son de maduración y estabilización lenta, pero su proceso es mucho más real y más profundo que en los tipos más cabales aparentemente, pero menos intuitivos. Sus idas y venidas no son caprichosas, ni responden a una labilidad emocional o intelectual: van buscando las huellas y las claves de su propio proceso de individuación, con mayor o menor acierto. (…)

Necesita trabajar en algo que exija variedad, novedad y desafío, en lo que no estén solamente por el dinero, y donde el entorno sea amistoso y lleno de gente entusiasta con lo que hace. Para ella es tan interesante la tarea como las relaciones con los compañeros de trabajo. No soportan una supervisión rígida. (…)

Su estado vital es el de estar enamorada, es decir, entusiasmada y apasionada por los ideales que le interesan, así que este mismo apasionamiento se extiende y ensalza cada vez que conoce a alguien que le toca en el corazón, y se siente muy cómoda en ese estado. Se vuelca y se pierde tanto en su pasión amorosa como lo hace en sus vocaciones, idealizando a la persona de la que se ha enamorado. Subestima las dificultades y los contras de la relación, y a menudo pasan por alto hechos desagradables aunque sean evidentes. Normalmente, se va enlazando con parejas que tienen que ver con sus intereses generales del momento (…). Es el tipo más románticamente enamorado y entregado a su pareja, y no sólo ésta, sino también a los amigos (…) pero con el transcurso del tiempo, y el discurrir del devenir cambiante, estas relaciones se acaban mientras no haya encontrado una ocupación y se haya ubicado en la vida que le pertenece.

Rompe cuando los fallos de la relación resultan demasiado evidentes o, como acabamos de decir, si se aburre de una situación cerrada y necesita saltar a otra. Rompe a la fuerza, se siente fracasada y derrotada porque ella ha puesto muchísima energía en el compromiso. Entonces tienden a mirar sólo los defectos del ex compañero y a buscar rápidamente un nuevo amor.

Las dificultades:

Puede ahogarse en un mar de intuiciones, donde no es capaz de establecer prioridades y convertir su versatilidad en un colapso contradictorio de tendencias e intereses. Algo así como borrachera de intuición, donde no puede elegirse nada ni comprometerse con nada porque todo parece posible y sugerente por igual.

Obviamente, a menudo falla en su responsabilidad de cumplimentar las tareas, dilapidando energía que finalmente no acaba logrando ningún fin. Puede pasarse demasiado tiempo sembrando campos, y abandonando de repente unas cosechas que recogerán otros.