
(6)
Crisis, desesperación, eso sentía. Sé que mi reacción pudo ser exagerada, pero había entrado en pánico, porque no había nada que pueda hacer. Y no entiendo como pasó esto, como llegamos a eso, si era todo tan distinto el día anterior. Ay, gordo, no te puedo explicar lo bien que me hiciste. Y sé que fue un momento horrible, y sé que te hice pasar cosas horribles, pero ya ves, no sabía que hacer. De momentos me encontraba sola, en mi cama, toda transpirada, y gritando. Y en esos momentos te llamaba, y venías, no importaba que estuvieras haciendo. Siempre fuiste demasiado especial, y nunca pensé que iba a encontrar alguien así. Sé que hasta cuando solo éramos amigos, fuiste incondicional, pero esto era distinto, iba mucho más allá.
Con el pasar de los meses me calmé un poco. Pero siempre tenía esos episodios, y sé que si no hubieras estado ahí para mi, yo habría terminado tan, tan mal... Pero nunca me dejaste, ya sé que sabés, ya sé que lo repetí mil veces, pero gordo, no sé como agradecerte todo eso que hiciste por mi. Y gracias a eso nuestro amor crecía tanto. Te amaba más que a nadie, más de lo que se puede amar. Y lo sigo haciendo, porque nunca voy a dejar de amarte, mi vida.
Puedo recordar como te esperaba en la esquina de la escuela, como esperaba que me vinieras a buscar para alejar algunos pensamientos de mi cabeza. Y lo hacías, y como lo hacías !. No sé como lo lograbas, sé que me hacías feliz, me hacías cambiar. Me hacías ser yo, la misma yo de siempre, la que no estaba mal, la que no tenía problemas, la que era demasiado feliz. Pero no importa gordo, sé que vos me amabas igual, así de histérica como estaba todo el tiempo, eras el único que me entendías, eras el único que estaba conmigo. Supongo que por eso no me importó quedarme sola. Nos teníamos, me bastaba eso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario