Nos miramos cómo si no hubiera nada que decir, cómo si las largas horas que pasamos hablando se hubieran gastado y solo quedara el sonido del mar por escuchar. Sonrío y se acercó sigilosamente. Le sonreí tímidamente, con esa sonrisa que sé que le encanta. Me miró, me besó, y a partir de ese momento nada sería lo mismo. Nuestros labios se unieron lentamente, me acerqué más a él, y mi mano se enredo en su suave pelo. Me tomó por lo cintura, me apretó más y más a su lado, hasta que ya no quedaba espacio entre nosotros. Despegué mis labios un segundo, para notar que todo a nuestro alrededor había cambiado. Me miró a los ojos y me dijo que me amaba, y en ese momento no pude contener más las lágrimas. Lo abracé con todas mis fuerzas en un impulso por contener lo que sentía.
sábado, 16 de enero de 2010
Nos miramos cómo si no hubiera nada que decir, cómo si las largas horas que pasamos hablando se hubieran gastado y solo quedara el sonido del mar por escuchar. Sonrío y se acercó sigilosamente. Le sonreí tímidamente, con esa sonrisa que sé que le encanta. Me miró, me besó, y a partir de ese momento nada sería lo mismo. Nuestros labios se unieron lentamente, me acerqué más a él, y mi mano se enredo en su suave pelo. Me tomó por lo cintura, me apretó más y más a su lado, hasta que ya no quedaba espacio entre nosotros. Despegué mis labios un segundo, para notar que todo a nuestro alrededor había cambiado. Me miró a los ojos y me dijo que me amaba, y en ese momento no pude contener más las lágrimas. Lo abracé con todas mis fuerzas en un impulso por contener lo que sentía.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario