- Gordo, ¿Me querés?- Sí
- ¿Me amas?
- Nunca lo haría, lo sabés
- Pero yo sí te amo...
- Pero vos, vos bonita, no sos yo
- Y tampoco quisiera ser como vos, ¿porqué sos tan desalmado?
- No soy desalmado, sabés que me haría mal amarte, y tampoco daría frutos hacerlo
- Podrías intentarlo...
- No, no quiero que sufras, ni quiero sufrir yo...
- ¡Ya sufro yo así!
- No puedo hacer nada, nena
- ¡Podés dejar de ser tan... tan... así!
- Soy como soy, y sabés que no voy a cambiar por nadie... - En ese momento, con esas palabras, mi corazón se desplomó, y ya no pude conseguir contener más las lágrimas...
- ¡Sos un idiota! ¡Eso sos!
- No bonita, no llores... Sabés como soy, sabías en que te metías cuando empezó todo esto...
- No supuse que ibas a ser tan, como sos... Yo te quiero en serio, yo TE AMO, pero a vos eso nunca te importo, ni te va a importar...
- Sabés que.. ¡Ay! ¡Me cuesta tanto esto! Sabés que no soy ni el tipo sensible, ni nada de eso, sabés que me cuesta todo esto, y sabés que nunca voy a poder amar...
- No sé como pude enamorarme de alguien tan frío, tan distante...
- Ay, bonita, vos sabés que te quiero... Pero esto pronto va a terminar y ya nunca más nos tendremos para decirnos estas cosas, para discutir, para llorar, ni para amarnos... Yo no quiero que termine, pero es inevitable, no nos queda mucho acá... - Increíblemente, en ese momento se le soltaron las lágrimas a él también, y ya no pude más, me tire en sus brazos a llorar, tenía razón, ya no nos quedaba mucho, y ninguno de los dos quería soltarse del otro...
No hay comentarios:
Publicar un comentario